lunes, 18 de abril de 2016

¿Qué dice la Iglesia sobre la Evolución?


Cuando en 1859 el naturalista inglés, Charles Darwin postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado a partir de un antepasado común mediante un proceso de selección natural (evolucionismo) se desató la tormenta. La mayoría de los cristianos seguían creyendo que el origen del mundo y de los seres humanos fue tal y como se describe en los dos primeros capítulos del Génesis. Algunos recurrieron a argumentos inconsistentes como el del británico Philip Gosse, que sostuvo que Dios esparció por la naturaleza los fósiles que estaban encontrando los evolucionistas para poner a prueba la fe de los creyentes. Otros optaron por un concordismo fácil, diciendo, por ejemplo, que los siete días de la creación representan en realidad siete períodos de tiempo muy largos.
El hecho de que existan dos relatos de la creación hace pensar que la Biblia no pretende explicar cómo ocurrieron los hechos. En esos relatos como en toda la Biblia , encontramos verdades religiosas expresadas a través de categorías culturales de la época. Podemos prescindir de estas últimas pero no de las enseñanzas religiosas.
Pío XII, papa entre 1939 y 1958, declaró en su encíclica Humani generis que el evolucionismo no está en contra de la doctrina de la Iglesia. Posteriormente, el concilio Vaticano II explicó que "Dios, por medio de la revelación no pretendió en absoluto comunicarnos conocimientos de tipo científico, sino sólo “manifestarse a sí mismo y sus planes para salvar al hombre” (DV 6ª). En consecuencia, no todo lo que hay en la Biblia es Palabra de Dios, sino palabra de Dios expresada en categorías culturales humanas, que son naturalmente las categorías culturales de la época en que se escribió. Por esa razón es tan importante conocer tanto los géneros literarios de la Biblia como la época y cultura en la que se escribió.